Tubacex. Más de 150 días de huelga

Crecen las protestas obreras por todo el Estado. Muchas pasan desapercibidas porque son pequeñas o de corta duración, o porque los medios de comunicación se esfuerzan por silenciarlas y otras que casi pueden considerarse heroicas, como la de Tubacex. Más de 150 días en huelga, una de las de mayor duración en los últimos años, y que además ha logrado que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anule el ERE presentado por la empresa. Una victoria de la movilización y la solidaridad. Un ejemplo a seguir.

Manuel Rodríguez, de CCOO, miembro del comité intercentros de Tubacex y uno de los afectados por el ERE, nos explica el origen del conflicto: “Se remonta a julio de 2020. La situación se estaba deteriorando y la pandemia la agudiza aún más. Estábamos en un ERTE y la empresa nos plantea toda una serie de medidas de carácter estructural o nos amenaza con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) Exige reducir salarios, trabajar más jornada para reducir el coste de hora de trabajo, reducir la aportación de la empresa a la EPSV (Fondo de Pensiones) y otras medidas. Utilizan como justificación que la transición energética y la pandemia está reduciendo a nivel mundial los proyectos de oil & gas. Las reuniones se prolongan hasta el mes de octubre, pero sin ningún avance. No era la primera vez que nos planteaban este tipo de medidas sin que llegáramos a ningún acuerdo superando la situación por vía natural, sin medidas añadidas. En noviembre se acaba el ERTE iniciado por la situación de covid y la empresa plantea otro hasta finales de enero de 2021. En enero volvemos a reunirnos y nos proponen un ERE, pero, al mismo tiempo, nos anuncian que lo retirarían si aceptamos las medidas que ya nos habían propuesto unos meses atrás (reducir salarios, etc.)”

El proceso negociador fue mal. La empresa solo rebajó el número de afectados de 150 a 129, manteniendo siempre que no se podían evitar salidas forzosas, que al final fueron más de 90, con una oferta de prejubilación para 12 personas y el resto bajas voluntarias hasta llegar a los 129 despidos. Cuando en el comité se toma conciencia de que no hay posibilidad de acuerdo se debate ir a la huelga.

Unidad sindical

La empresa Tubacex tiene tres plantas en las localidades alavesas de Llodio y Amurrio. Cada una elige su comité de empresa, pero la representación es unitaria en un Comité Intercentros, en el que ELA tiene 4 representantes (el 32,5%) STAT, 4 (32 5%) CCOO, 3 (20%) y por último LAB, 1 y Sindicato Independiente, 1. Forman la plantilla unas 750 personas, aunque no hace mucho llegaron a ser 900. Como nos explica Manuel, una de las razones para el éxito de la huelga ha sido el mantenimiento de la unidad sindical durante todo el proceso. Eso no quiere decir que no haya habido discusiones, por ejemplo, sobre si desde el principio había que ir a una huelga indefinida o plantear movilizaciones progresivas para ir de menos a más, pero lo importante es que desde que el comité tomaba una decisión por mayoría el conjunto de los representantes sindicales lo aceptaba y defendía. Así se acordó ir a la huelga a partir del 11 de febrero.

Participación de la plantilla

Aguantar una huelga tan larga es imposible sin unidad sindical y sin una activa participación de toda la gente implicada. La actividad de las plantas está totalmente paralizada. Ni se produce acero ni se fabrican tubos. Un 90% de la plantilla secunda la huelga, solo los jefes y quienes están fuera de convenio no participan. Se realizan concentraciones diarias ante las puertas de la empresa, que se mantienen durante todo el día. Hay algunos altercados con la Ertzaintza que facilita la entrada en autobuses a la gente que no hace huelga. Como muestra de la movilización este es un listado de algunas acciones realizadas desde finales de abril.

29 de abril. Manifestación en Bilbao contra el ERE.

1 de mayo. En defensa del empleo en la comarca de Aiaraldea. (Álava)

13 de mayo. Manifestación en Baracaldo con otras empresas en crisis, Petronor, PCB, ITP aéreo.

18 de mayo. La empresa hace una propuesta de ERE a la plantilla de las fábricas de Llodio y Amurrio que implica una reducción de 129 empleos (95 despidos, 22 bajas incentivadas y 12 prejubilaciones)

20 de mayo. El comité de Tubacex rechaza la propuesta de la empresa por considerarla un chantaje.

26 de mayo. Concentración ante el Parlamento vasco.

28 de mayo. Manifestación en Bilbao con el lema “Cuatro empresas, una lucha”. Centenares de personas se concentraron convocadas por Tubacex, Petronor, UTE Bilboko Argiak y PCB. Se sumaron otras empresas en lucha, H&M y Novaltia. Los convocantes denunciaron que “Estamos ante diferentes conflictos laborales, cada uno con su particularidad, pero donde hay un elemento común: la defensa de derechos laborales ante grandes multinacionales que utilizan la situación derivada de la pandemia para maximizar beneficios. […] Nosotras tenemos la lucha obrera y la dignidad de clase como herramientas. Solo hay un camino para enfrentar despidos injustificados, la lucha obrera, y cuando esta es justa genera solidaridad”.

31 de mayo. Al finalizar el plazo de negociación, el comité rechaza por unanimidad la propuesta de ERE “porque sigue contemplando despidos”, y decide continuar la huelga indefinida, que ya dura 110 días. El comité también rechaza renegociar el convenio porque la empresa lo ha “incumplido en repetidas ocasiones” en aspectos como la creación de empleo, los aumentos salariales y el aumento de inversiones.

2 de junio. Paro de 4 horas en toda la comarca. En apoyo a Tubacex y en defensa del empleo.

16 de junio. Rueda de prensa conjunta de las empresas movilizadas para pedir solidaridad y la derogación de las reformas laborales.

17 de junio. Carga de la Ertzaintza contra los trabajadores concentrados en protesta por el juicio a 3 personas acusadas de participar en piquetes. Una trabajadora resulta herida y detenida.

18 de junio. Nueva manifestación conjunta en Bilbao de las empresas en lucha.

21 de junio. Concentración ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) en el inicio de los juicios por el ERE.

6 de julio. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco declara nulos los EREs tanto de TTI como de Aceralava. El tribunal considera que los despidos están ligados a problemas derivados de la pandemia, por lo que rechaza que se deban a una situación estructural.

13 de julio. La dirección de la empresa decide no reincorporar al trabajo a los despedidos y recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo. Por ley está obligada a abonar los salarios a los despedidos, pero no los reincorpora. El comité de Tubacex califica la decisión de una “oportunidad perdida” para lograr un punto de encuentro que normalizara las relaciones.

14 de julio. Los trabajadores de Tubacex se manifiestan para agradecer el apoyo recibido de la población.

Solidaridad y apoyo social

Como explica Manuel, “la unidad de acción ha posibilitado que a nivel de lucha obrera y sindical se haya podido aguantar una huelga como esta. Hemos contado con el apoyo de la gente de la comarca, de los comercios, de la población en general, y de la solidaridad de gente de todo el Estado, comités de empresa, gente de la cultura y también a nivel internacional hemos recibido muchas muestras de solidaridad”.

La huelga ha podido sostenerse económicamente con el apoyo de cajas de resistencia y/o fondo de solidaridad que tenían los sindicatos y con la kutxa (caja) solidaria que ha recogido muchas aportaciones de particulares. Como se puede ver por el relato anterior de movilizaciones, se ha buscado la coordinación con otras empresas en lucha, organizando manifestaciones y actividades conjuntas para dar visibilidad y tener más fuerza.

A nivel político e institucional muchos ayuntamientos aprobaron mociones de apoyo e incluso el Parlamento vasco aprobó por unanimidad una resolución instando a la empresa y a los sindicatos a negociar de buena fe y a que se retirara el ERE. Se ha tenido el apoyo de EH-Bildu y Unidas Podemos y también de Gabriel Rufián de ERC. Como nos explica Manuel: “Esto ha tomado tal dimensión que desde un punto de vista político e incluso electoral podía afectar. Llega un momento en que el tsunami te arrolla y tienen que tomar una posición”. El apoyo ha sido enorme, sin embargo, cuando se llegaba a nivel de gobierno vasco, de quien podía tomar decisiones, se ha decantado hacia las posiciones y argumentos de la empresa.

La lucha seguirá

La sentencia del TSJPV es una victoria, todavía parcial, pero un resultado de la larga huelga y del apoyo social obtenido. Todavía no es definitiva. La empresa ha recurrido al Tribunal Supremo y veremos lo que decide. Las espadas siguen en alto. Existen sentencias contradictorias en otros tribunales, unas a favor de los trabajadores y otras en contra.

La alarma ha saltado en la patronal y el gobierno vasco. “De la misma manera que una lucha como la nuestra -explica Manuel- puede servir como ejemplo para otras, para la patronal también es un riesgo de que pueda pasar en otras empresas”. Bingen Zupiria, portavoz del gobierno vasco considera que es “una mala noticia” la resolución sobre Tubacex. No es más original la presidenta de la patronal (CEBEK) Carolina Pérez Toledo, que declara que la sentencia es “una mala noticia para las empresas en general”.

No opinan lo mismo cuando la reforma laboral le da las herramientas para estar en una posición de fuerza en la negociación y condiciona los convenios, los ERE,s o los cambios en las condiciones de trabajo. Esta vez, la movilización, el apoyo social y la solidaridad ha conseguido que un tribunal diera la razón a los trabajadores.

Sobre el futuro inmediato, nos responde Manuel: “Vamos a valorar qué camino seguir. Vamos ganando el partido porque tenemos la sentencia que anula los despidos, pero no nos vamos a engañar, todavía queda recorrido. Después de tantos días de huelga la resistencia física, mental y económica está limitada. La plantilla tendrá que decidir si continuamos o nos tomamos un descanso, pero, en cualquier caso, no abandonaremos las movilizaciones. La lucha no va a acabar hasta que tengamos una resolución definitiva”.

Miguel Salas miembro del consejo editorial de Sin Permiso