Montserrat Vila Planas 14/11/2019
Es imprescindible una socialización intensa y extensa en los
valores del respeto y de la igualdad para desmontar las relaciones
patriarcales que son la base de las agresiones contra las mujeres. Carme Vinyoles
entrevistó a Montserrat Vilà Planas, presidenta de la Plataforma
unitària contra les violències de gènere de Catalunya, el pasado 5 de
noviembre para El Punt Diari.
Veinticinco años después de la Conferencia de Pekín, una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia machista. ¿No se avanza?
Pekín representó un hito fundamental para la igualdad de género y para el empoderamiento de las mujeres, pero tenemos que lamentar que no se ha alcanzado el reto, que no hay ningún país que cumpla los doce compromisos establecidos en los ámbitos de la salud, la educación, la discriminación económica y la pobreza, el ejercicio del poder, la violencia, la vulnerabilidad en los conflictos armados, el respeto a los derechos humanos, la protección de las niñas … en general se adelanta , pero de manera extremadamente y desesperadamente lenta.
¿Falla la relación entre hombres y mujeres?
A veces se quiere hacer creer que la violencia es cosa de un hombre que se ha vuelto loco o que tiene un temperamento agresivo. La realidad es que hay un sistema de relaciones construido desde el patriarcado que se resiste a desaparecer y que marca la posición de prevalencia de los hombres sobre las mujeres. La antropóloga Gerda Lerner documenta que la creación del patriarcado tardó 2.500 años en completarse y, de hecho, en el devenir histórico, hace cuatro días que lo hemos empezado a identificar y poner nombre, por lo que se mantiene fuertemente incrustado en muchas capas de la sociedad. Hemos avanzado en el acceso a la educación, en el derecho de voto, en la capacitación profesional, pero si no cambiamos estas relaciones de poder patriarcales basadas en el dominio y la sumisión de unos sobre las otras, continuará habiendo desigualdad y violencia.
¿La desigualdad alimenta la violencia física, psicológica y sexual?
Sí, en el sentido que desvaloriza e inferioriza las mujeres, y por eso mismo otorga a los hombres un poder que los hace creer impunes y hasta legitimados ante las agresiones que cometen. Saben perfectamente que están haciendo mal cuando violan una mujer, pero no perciben bastante rechazo social, y eso los estimula.
¿Social y también jurídico? Algunas sentencias están provocando auténtica alarma.
Y sin embargo tenemos leyes contra la violencia de género que están bien, como la estatal de 2004 con la creación de juzgados especiales, y la catalana de 2008, más preventiva y de servicios de proximidad. El problema es que a menudo las leyes no se interpretan correctamente o a veces se aplican contra la víctima debido a que persiste, como decía antes, una mentalidad patriarcal que resta credibilidad a las denuncias de las mujeres. Hasta hace poco el 99% de las sentencias por violación eran absolutorias, pero las fuertes movilizaciones de estos últimos años están haciendo cambiar las cosas.
¿Ve un renacimiento del feminismo?
Veo una generación de jóvenes con mucha fuerza, que no aceptan posiciones subordinadas ni que se violente su libertad, que defienden sin ambigüedades que sólo un sí es un sí y que forman parte de un potente movimiento planetario. Jóvenes que están impulsando cambios para un mundo más justo, solidario e igualitario. Con los recursos se marcan las prioridades. ¿Las administraciones están a la altura?
No, a menudo se omite la debida protección a la mujer que sufre malos tratos, y esto se llama violencia institucional. Me refiero a listas de espera de uno o dos meses para entrar en una casa de acogida, a servicios sociales que no tramitan ayudas sin una denuncia cuando la ley no obliga, a juzgados que no dictan órdenes de alejamiento.
Entre el 7 y el 9 de noviembre el espacio Francesca Bonnemaison acogerá el XV Foro Contra las Violencias de Género, organizado por la Plataforma Unitaria. ¿Qué destacaría?
El foro es un enriquecedor punto de encuentro, debate y toma de posición sobre diversidad de temas que nos afectan, abordados en diferentes formatos: charlas, mesas redondas, talleres, exposiciones, cuentos, teatro… En esta edición haremos hincapié en las criaturas y adolescentes que son testigos o destinatarios de la violencia machista y que restan fuerza invisibilizados, aunque cada año hay cinco o seis niños y niñas asesinadas. (Véase el programa en www.violenciadegenere.org )
Decía Simone de Beauvoir que el género se construye estableciendo una jerarquía de roles. ¿Cree que aún se mantienen?
En muchos casos sí. Para los talleres que llevamos a los institutos nos damos cuenta de la pedagogía que hay que hacer para desmontar roles sexistas interiorizados debido a la educación ambiental que los nutre. Aún hoy en día una chica que salga con diferentes chicos es rechazada, y a la inversa, él es admirado. Hay productos de fácil consumo que introducen imágenes muy perniciosas, como la del chico más duro y agresivo que se lleva la chica más deseada; ¿antes era el príncipe azul y ahora es el héroe que mata? Si desde pequeños no nos socializamos en el respeto y la igualdad, no pondremos fin a la violencia machista.Montserrat Vila Planas presidenta de la Plataforma unitària contra les violències de gènere de Catalunya.