Han sido más de 7 meses de huelga. La huelga empezó un ya lejano 11 de febrero y durante 234 días han aguantado todo tipo de presión, de la empresa y la patronal, de muchos medios de comunicación y del propio gobierno del País Vasco; pero la convicción, la unidad de la plantilla y la solidaridad de la población han logrado el principal objetivo de la huelga: evitar los 129 despidos.
Después de tantos meses, de tanto esfuerzo, la empresa ha presentado una propuesta al comité de empresa por el que retira todos los despidos, las bajas que se produzcan serán voluntarias con una indemnización adicional a la de despido improcedente. Además, las tablas salariales de 2021 subirán un 3% y se garantiza el empleo hasta el 2024 con el compromiso empresarial de realizar inversiones en las factorías de Llodio y Amurrio. ¡Una victoria! ¡Un ejemplo de que se puede ganar si hay unidad y movilización!
El conflicto tiene su origen en la pretensión de la empresa de despedir a 129 personas mediante un ERE. Después de meses de movilizaciones, en julio el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró nulo el ERE por considerar que los problemas de la empresa derivaban de la pandemia y no de razones estructurales. La empresa recurrió la sentencia y no readmitió a los despedidos, aunque tuvo que seguir pagándoles el salario. [Se puede leer aquí una historia del conflicto publicada en el mes de julio en SP]
Sin embargo, en la propuesta de acuerdo la empresa ha introducido un dardo envenenado: una reducción de la aportación a la EPSV (Fondo de Pensiones) del 4% al 1% y un aumento de la jornada a 40 horas en los años 2022-2024. La jornada anual de trabajo es de 207 días. Ese aumento de horas representaría trabajar 5 días más al año.
Lo que es una victoria de la huelga está representando una cierta división en la plantilla. La asamblea de afiliados de ELA (sindicato mayoritario) decidió por una mayoría de 125 votos a favor, 50 en contra, dos votos en blanco y uno nulo aprobar el acuerdo. El 67% de los afiliados de CCOO también apoyan el acuerdo. Sin embargo, el sindicato STAT (el segundo en representación) acordó por un estrecho margen rechazarlo. La afiliación del sindicato LAB y de ATAL también han votado en contra.
El hecho es que una exigua mayoría de siete votos del Comité Intercentros apoya el acuerdo (4 ELA y 3 CCOO) por seis votos en contra (STAT, 4, LAB, 1 y ATAL,1). Por esa razón, CCOO ha propuesto que el conjunto de la plantilla vote para tomar una decisión definitiva. En los próximos días conoceremos la decisión sobre una de las huelgas más largas de los últimos decenios.
Miguel Salas es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso