Los beneficios de la banca se recuperan mientras sigue imparable la reconversión del sector, un servicio cada vez peor, más caro y con miles de puestos de trabajo perdidos. Banco de Sabadell ha presentado un ERE para reducir la plantilla en 1.936 personas y cerrar unas 320 oficinas. En el primer cuatrimestre del año ya abandonaron la entidad 1.812 personas después que empresa y sindicatos llegaran a un acuerdo de prejubilaciones.
Entre 2008-2019 en el sector financiero se cerraron en España 22.061 oficinas, el 47,9% del total. Se perdieron 93.023 empleos, el 37,4%. En la práctica salieron 120.000 personas y se contrataron 26.000. La reestructuración ha sido general en Europa, aunque no tan exagerada como en España. En Alemania el empleo se redujo el 15,6%. En Francia el 5,9%. En Italia el 17,1% y en Portugal el 18,1%. En 2007 trabajaban en el sector 238.272 personas y había 88 entidades. En 2019, 144.274 y 12 entidades. La concentración empresarial ha sido brutal. Las 5 mayores entidades controlaban en 2007 el 44,6% del mercado. En 2019 el 67,4% y con las fusiones previstas probablemente superen el 75%. El poder financiero cada vez más concentrado en menos manos y, por lo tanto, con mayor capacidad para imponer sus condiciones al conjunto de la sociedad.
Hace pocos meses fue la Caixa quien pactó un ERE que afectó a 6.452 personas. Ahora le llega el turno a Banco Sabadell. Para Mario Rifaterra, secretario general de la sección sindical de CCOO, que tiene un 40% de la representación sindical, la propuesta de la empresa es “desproporcionada, irreal y un insulto a toda la plantilla”. Considera que la única explicación de este ataque es “que los números no les están saliendo como esperaban y quieren hacérselo pagar a la plantilla”. “Las cifras de la empresa no son reales -explica- las preparan unos consultores en función de unas ratios arbitrarias que consideran las más óptimas, según sus intereses, y que son más que discutibles. Hasta el informe técnico que nos han pasado no cuadra con sus propias propuestas. En el día a día nosotros lo vemos muy diferente. Lo que se visualiza es que falta personal, que siguen las colas en las oficinas, que se están haciendo horas extras, se está contratando a gente, se siguen utilizando las ETT,s. No hay exceso de plantilla, al contrario. Por eso nos estamos oponiendo al ERE diciendo que en Banco Sabadell no sobra nadie”.
Para Mario, cualquier posibilidad de acuerdo “pasa por la voluntariedad. Un expediente de este calado no se puede hacer a través de la arbitrariedad de la empresa. No vamos a entrar a aceptar un plan forzoso. Para llegar a la voluntariedad la empresa tiene que bajar ostensiblemente en número de personas afectadas. En cuanto a las compensaciones tenemos como referentes el acuerdo que firmamos este mismo año y los acuerdos que se han firmado en otras entidades del sector”.
En un informe preparado por CCOO, presentado en la Mesa negociadora y explicado a la plantilla, se rebaten las explicaciones de la empresa.
Causas económicas: El análisis de las cuentas de resultados de los últimos tres años demuestra que la situación económica que expone el Banco para justificar el ERE es totalmente coyuntural.
Causas productivas: Las ratios del Banco están por encima de la media del área euro, como, por ejemplo, el margen bruto por empleada/empleado o los volúmenes de negocio por empleada/empleado. Y llama la atención que el informe técnico presentado no analiza la productividad por persona trabajadora en Banco Sabadell, cuando este indicador demuestra que la plantilla de Banco Sabadell es de las más productivas del sector.
Causas organizativas: Desde el año 2013 y hasta el primer semestre de 2021, Banco Sabadell ha reducido su plantilla en 4.427 personas. Si a esta cifra le sumamos lo que se propone en este ERE, la pérdida de puestos de trabajo en Banco Sabadell es del 35,20 %. Resulta por tanto difícil de aceptar como causa organizativa la reducción de personal mientras la cuota de participación del Banco en el sector se incrementa.
El ajuste: Los números presentados por el Banco no se sostienen de ninguna manera. Ni en oficinas, ni en las direcciones territoriales, ni en los servicios corporativos sobra nadie con los números que han presentado. Y las matemáticas no engañan. Pretenden empezar la casa por el tejado eliminando puestos y centros de trabajo antes de poner en marcha los proyectos. Según el sindicato “no existen ni causas económicas, ni productivas, ni organizativas que exijan un ajuste de plantilla de este calibre”.
Movilizaciones
Es habitual en el sector financiero que las reconversiones de plantilla se acompañen de sueldos y/o indemnizaciones millonarias para los ejecutivos. Banco Sabadell no es una excepción. La renovación de la cúpula del banco a primeros de este año costó un total de 11,5 millones de euros, entre indemnizaciones y aportaciones a planes de pensiones. El nuevo ejecutivo, César González Bueno, aprovechó para subirse un 48% el sueldo, alrededor de 1,8 millones de euros más de lo que cobraba el anterior. Y eso es solo lo que se publica. Además, hay que sumar variables, aportaciones a plan de pensiones, etc. Una indecencia.
La unidad sindical y la movilización está siendo la respuesta. Desde el día 23 hasta el 30 de septiembre se han realizado concentraciones en 16 ciudades de todo el país. Para Mario, “la respuesta ha sido muy positiva. En las convocadas por la mañana han participado los delegados y delegadas sindicales y trabajadores que aprovechaban su tiempo de desayuno para unirse a la concentración. Las convocadas por la tarde han contado con una solidaridad espectacular”. Valga como ejemplo la manifestación de León. Sólo estarían afectados unos 22 trabajadores, pero la manifestación reunió a varios centenares de personas, de la plantilla, familiares y amigos. Se puede decir lo mismo de Alicante, Murcia, Oviedo y muchas otras, o de la concentración final en Sabadell el día 30.
La semana próxima es de movilización. El lunes 4 han convocado 15 minutos de paro. El martes una hora y miércoles y viernes huelga total.
Hasta el 15 de octubre hay tiempo para negociar. La estrategia de la empresa, asesorada por el bufete Sagardoy, es postergar las decisiones hasta el último minuto, como se ha hecho en la mayoría de los grandes ERE que se han negociado. Por eso, como insiste Mario, “la movilización de la plantilla en los próximos días será muy importante para cambiar el rumbo de este expediente”.
Miguel Salas es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso