Este texto es la transcripción de una conferencia realizada en el barrio de Gracia de Barcelona en torno a los Lunes Republicanos que organiza el Ateneu Roig (Ateneo Rojo). Gràcia (121.000 habitantes) es uno de los diez distritos de Barcelona, que comprende los barrios de Vila de Gràcia, Camp d’en Grassot, Vallcarca, La Salut y El Coll. Àngels Tomás es la consellera del distrito y explicó como la suma de diferentes iniciativas a nivel de ciudad y de distrito pueden convertirse en políticas activas contra la violencia machista.
Primera pincelada
Hace 20 años que, en Gracia, en el mes de noviembre, se organiza un acto contra las violencias machistas. Es en recuerdo de M.ª Ángeles Chiban, asesinada en el portal de su casa hacia las 2 de la madrugada un 18 de noviembre. Lo consideramos un feminicidio, a pesar de que no ha sido encontrado el agresor. Año tras año, el acto que se realiza en la plaza de la Virreina, ha sido una referencia para la reivindicación de los derechos de las mujeres, pero, sobre todo, de lucha contra las violencias machistas. En sus diferentes formas y variables.
En 1999 la respuesta social al asesinato de M.ª Ángeles surgió de las entidades y colectivos de Gracia. Con el tiempo lo ha venido organizando el Consell de Dones, que es un espacio de participación del distrito, pero los contenidos del manifiesto que se elabora y se lee cada año, son propuestos por vecinas y activistas feministas, de tal manera que el resultado es fruto del trabajo colectivo en el terreno de la lucha y de propuestas para hacer frente a las violencias machistas. Después de 20 años, la conciencia hacia esta lacra social ha ganado terreno, aunque todavía queda mucho camino por recorrer.
Segunda pincelada
En el marco de la última campaña electoral, Barcelona en Comú preparó una actividad en el barrio donde compartí espacio con las compañeras feministas, Laura Pérez, Laia Rosich y Nati Vereguas, abordando experiencias y propuestas feministas desde distintos espacios en que trabajamos, el activismo o el municipalismo.
Desde el espacio de más proximidad institucional con la ciudadanía que es el ayuntamiento, explicamos que se pueden hacer cosas, también en los distritos, que son divisiones administrativas de algunos grandes ayuntamientos, como el de Barcelona. Ahora bien, es imprescindible disponer de un paraguas, el paraguas que da una política general de defensa de los derechos de las mujeres, aportando una mirada feminista desde el ayuntamiento, como ha hecho y está haciendo el de Barcelona.
Al inicio del anterior mandato, el ayuntamiento aprobó el Plan para la Justicia de Género 2016-2020. Se estructuraba en tres bloques: información y análisis del fenómeno; sistema de detección; atención y recuperación y sistema de prevención. Se aprobó también el protocolo de duelo que hasta ese momento no existía, con diferentes actuaciones cuando una mujer muere víctima de la violencia machista.
La evaluación del Plan por la justicia de género y el continuar trabajando, avanzando y ampliándolo ha hecho posible contar con un amplio apoyo municipal a la recién aprobada Medida de Gobierno «Sumando alianzas: Barcelona, ciudad libre de violencia machista” (2019-2023) con más de 100 actuaciones para desarrollar.
Los ayuntamientos juegan, pueden jugar o podrían jugar un importante papel. Una cosa son los servicios reglados que existen, imprescindibles y siempre insuficientes. El ayuntamiento de Barcelona cuenta con varios servicios (PIAD, SARA -servicio de atención, recuperación y acogida-, desde hace años y más recientemente el SAH) que es imprescindible decir que necesitan de más recursos para mejorarlos y ampliarlos. Pero, en el tema de la violencia machista, que haya una comunicación abierta, focalizando de manera permanente, esto depende también de tener valentía para abordarlo.
Asimismo, es muy importante los recursos que se
destinan para realizar actividades de sensibilización en general,
implicar a la ciudadanía en el rechazo de las violencias machistas,
prevención en los espacios de ocio, promoviendo un ocio nocturno libre,
respetuoso y sin agresiones y acoso sexual, trabajar la coeducación, el
apoderamiento de las mujeres, etc. Siempre se pueden hacer cosas, pero
la profundidad de éstas depende, sin duda, del grado de conciencia, de
la valentía y de los recursos que se invierten.
Tercera pincelada
El abordaje de las violencias machistas, como una expresión del patriarcado, se está trabajando desde hace muchos años con activistas sociales muy potentes, primero las vecinas de la vocalía de la Mujer de la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Vila de Gracia, las Mujeres Comunicadoras de El Coll, las jóvenes de la asamblea Feministas de Gracia, las Dones Creadores Minerva, desde las comisiones de feminismo de las AFAs, (denominación de las antiguas AMPA,s) muy potentes, o más recientemente con la iniciativa Veïnes x Veïnes, iniciada en el barrio de La Salud, por vecinas motivadas que apoyan y acompañan a mujeres víctimas de violencia machista.
A partir del 2015, el ayuntamiento de Barcelona, de la mano de Barcelona en Comú, se pone las pilas y empiezan a trabajar, bajo el paraguas #BCNAntimasclista, políticas de prevención, apoyo, empoderadoras, no victimizadoras de las mujeres frente a las violencias machistas, coeducación, nuevas masculinidades, transversalidad de genero…, toda una batería de propuestas e incidencia surgidas del Plan para la justicia de género que han permitido llevarlas a los distritos desde la institución municipal. Poniendo en el centro políticas feministas, no solo el abordaje de la violencia machista.
Cuarta pincelada
La lucha contra el patriarcado y todas sus derivadas se nutre de colectivos feministas muy diversos (autoorganizados unos, de trabajo colaborativo con la administración otros, entidades profesionalizadas, etc.)
Con el lema de “No es No” se constituyó la Mesa #GràciaAntimasclista del Protocolo contra las agresiones machistas en la fiesta mayor, con participación de: Circuito Barcelona contra la violencia machista, ayuntamiento de Gràcia (el distrito), el colectivo Feministes de Gràcia, CJAS (servicio contratado) y la Fundació Festa Major. Un espacio de trabajo estable, donde hemos transitado del NoEsNo hacia el SóloSiEsSí. Se han adherido más de 30 espacios que participan en la popular y conocida fiesta de agosto. Es un Protocolo ‘vivo’ que hemos ido enriqueciendo a partir de las necesidades concretas surgidas año a año y cuyos antecedentes se encuentran en el protocolo de los colectivos feministas del Poble Sec y de Gracia. Por otro lado, en todas las comisiones de fiesta de los otros barrios (El Coll, Grassot, La Salud) el abordaje de la sensibilización está presente, empezando a adaptar el Protocolo y las actividades de ocio nocturno que realizamos en el distrito. El barrio de Vallcarca lo trabaja de forma autogestionada.
Otros elementos con los que lidiar: los medios de comunicación. Continuando con la experiencia de la Festa Mayor, hemos padecido la actitud y el papel de los medios de comunicación. A estos les interesa, básicamente, el morbo. Cuántas agresiones sexistas graves se producen, cómo, dónde y a quien. Prensa sensacionalista, carroñera, en fin. ¿Sabéis que hubo, además de fiesta, el pasado agosto, entre los días 15 y 21? Pues ni más ni menos que 2.536 acciones de sensibilización e información; 22 asesoramientos y 23 intervenciones. ¿Qué significan estos datos? Pues que hay más de 2.500 personas que, al pasar por la fiesta, han pasado por el punto de información (lila) o han conversado con las parejas itinerantes y han recogido información y se han ido a casa con un pequeño volante informativo con teléfonos de contacto, por si ellas o alguna persona conocida necesitan en algún momento -más allá de los días de fiesta incluso- recurrir a alguno de los servicios que atienden a víctimas de agresiones o violencia machista. Pero esto a los medios no les interesa nada. Agresiones sí, trabajo de hormiga, no.
Otro. Este 2020 será el segundo año que activaremos el protocolo contra las agresiones machistas para la fiesta de Foguerons de Sant Antoni. Solo dura una noche, pero es muy popular y concurrida. También trabajaremos el Protocolo para la verbena de Sant Joan. Esto representa tiempo, recursos, formación y tejer complicidades con entidades y colectivos de nuestros barrios para trabajar la respuesta frente a las violencias machistas. Aquí tiene un papel no pequeño el ayuntamiento.
Todavía hay vecinas y vecinos que nos dicen: «pero si en este barrio no pasan estas cosas». La respuesta es: ¡Y tanto que pasan! En 2019, hemos tenido constancia (según datos de los cuerpos de seguridad) que en Gracia ha habido 185 casos denunciados por violencia en el ámbito del hogar. La violencia machista no es de otros espacios y otros tiempos, está aquí, cada día, entre nosotros, en los espacios de ocio y, sobre todo y principalmente, en los hogares. Ese es el lugar más invisibilizado, cuyas consecuencias acostumbran a visibilizarse en las situaciones más extremas y dramáticas, cuando la mujer es malherida o asesinada.
Quinta pincelada
Abordar la coeducación en las escuelas. Este «negociado» o tarea puede decirse que correspondería a la Generalitat, pero en Barcelona se han hecho cosas y en Gracia también. En el distrito pusimos la coeducación como una línea de trabajo en el PAD (Plan de Actuación del Distrito 2015-2019) y esta línea se ha encontrado con el trabajo espectacular iniciado por AFAs de escuelas públicas de distrito, desarrollándose un proyecto el año pasado y uno nuevo para este 2020.
Cuando ves que existe una necesidad, buscar grietas y recovecos por los que poder introducir propuestas y proyectos –aunque muchas veces ‘no sea posible’- tiene mucho que ver con el trabajo de proximidad que se puede hacer desde el ayuntamiento, pero, vuelvo a insistir, hay que creérselo. Ver que es necesario, es imprescindible. Se necesita voluntad política para ir rompiendo esquemas, desarrollando políticas que impregnen todos los estamentos y la sociedad. No es fácil.
Sexta pincelada
Ahora bien, a pesar de lo comentado hasta ahora, es evidente que los ayuntamientos tienen limitaciones, incluso en el propio terreno de abordar políticas feministas. Veamos un caso. Hacer efectiva la igualdad y el reconocimiento de derechos de las mujeres que trabajan en el ámbito de los cuidados. No tienen derecho al paro ni a subsidio en caso de enfermedad, les pagan en negro -en muchísimas ocasiones- y no pueden acceder a tener papeles o prestaciones si son de origen extranjero. La limitación del derecho a decidir sobre la interrupción del embarazo de las jóvenes de 16-17 años es otra situación de violencia contra las mujeres. Sería otro ejemplo. El salario de las mujeres sigue siendo más de un 30% inferior al de los hombres, para trabajos análogos. Hay leyes que «formalmente» reconocen derechos, pero en la práctica los niegan. Las mujeres pensionistas, con PIRMI porque no está reconocido su trabajo de cuidados en el curso de su vida.
Con todo, hay que señalar que la movilización de las mujeres y muy especialmente las mujeres jóvenes, en estos últimos dos años ha sido tan imponente que han situado las violencias machistas como un problema de primer orden. Algunas ya lo sabíamos, pero ellas incorporándose a esta lucha la han colocado de lleno en la agenda social. Así como dando respuesta a derechos amenazados.
2013-2014. ¿Recordáis al ministro Ruiz Gallardón? Fuertes movilizaciones en las grandes ciudades contra la propuesta de restricción de la ley de aborto y centenares de miles de mujeres, y también hombres, llenando las calles de Madrid, en febrero de 2014. Se tejió desde los diferentes espacios de mujeres el responder a aquellos ataques. La propuesta del PP, que recortaba el derecho de aborto le costó el cargo a Ruiz Gallardón.
2016. El caso de La Manada, movilizó toda Pamplona contra aquella violación grupal. Noviembre 2017, la movilización al grito de Yositecreo, recorrió pueblos y ciudades de tota la península.
Más cerca tenemos la huelga feminista de 2018, trabajada desde diferentes ámbitos y espacios y sumando todos los esfuerzos. También desde muchos ayuntamientos se acompañó esta movilización. Aquí de nuevo tenemos un espacio donde desde el liderazgo de las entidades y colectivos feministas, el acompañamiento de los entes municipales, abre ventanas y facilita llegar a sectores que de otra manera tal vez esa lucha se la mirarían con recelo. Cuando en estas masivas movilizaciones se corea «Sin las mujeres no hay revolución». ¡Cuánta razón hay en ello!
Y cuando pensamos en límites de los ayuntamientos, no es necesario alejar demasiado la mirada, fijémonos en Andalucía, en el pacto entre C’S, PP i VOX en el Parlamento andaluz. El grupo de extrema derecha puso como condición para apoyar un acuerdo de gobierno PP/C’s (aparte de temas sobre el derecho a decidir / la independencia de Cataluña) retirar todas las ayudas y proyectos que tienen que ver con derechos de las mujeres, y para hacer frente a las violencias machistas. Es decir, directamente contra las mujeres. Aceptaron y pasó.
Están aprobadas desde 2004, las Medidas de protección Integral contra la violencia de genero. Está aprobado el raquítico Pacto de estado (2017) con la aportación de 200 millones, en 5 años, para todo el estado y ¿resulta que un pacto de gobierno en una comunidad puede tirar todo por la borda, en un plis plas? Las mujeres víctimas de violencia machista en Andalucía se quedan sin recursos para implementar medidas de protección.
Séptima pincelada
Detrás de la palabra democracia se esconde un régimen heredado del franquismo, que quizás en el día a día, no se note. Bien, si vives en Cataluña, seguro que sí. Pero más allá de la falta de libertades políticas como estamos viendo con el derecho a decidir el futuro, entre otras, las mujeres que somos más del 50% de la población, no tenemos garantizados derechos fundamentales para convertirnos en ciudadanas de pleno derecho.
Tampoco tenemos garantizada una justicia adecuada. Lo vemos con las sentencias sobre violaciones grupales a chicas indefensas donde el juez acuerda que es abuso y no agresión. Eso es gravísimo, porque un supuesto u otro contempla diferente condena en el código penal (Málaga, Pamplona, Manresa). Cuando miles de jóvenes gritan «No es abuso, es violación», están respondiendo también a la agresión suplementaria que sufre la víctima al no ser reconocida la agresión / violación.
Para acabarlo de rematar, en la sentencia de la agresión grupal en Manresa, uno del grupo de los agresores sale en libertad porque según la sentencia ‘no hizo nada’. Madre mía. Sólo se estaba masturbando mientras miraba como la joven era violada. … y el auxilio a la víctima, ¿dónde está? Aunque nos digan que tenemos los mismos derechos está claro que no.
Aunque el patriarcado supera los límites de las fronteras o de regímenes políticos, pues en todo el mundo las mujeres luchan y luchan contra el patriarcado sea en regímenes monárquicos, republicanos o autárquicos… aquí las mujeres deberíamos ser, en el marco de romper cadenas, defensoras de los valores republicanos, de la República.
Tenemos experiencias de referencia. Grandes cambios en la historia han llegado cortando cadenas: con la revolución rusa, las mujeres consiguieron derechos políticos y sociales; con la segunda república española (1931-1939) se consiguió el derecho a voto para las mujeres (1931) y el derecho de aborto un poco después (12/25/36). No sabemos suficiente, porque la historia nos ha sido escondida. Trabajando la memoria histórica y democrática se puede ir revirtiendo. ¡Seguro!
Ahora bien, para consolidar los derechos y ganar nuevos, en el camino de la igualdad, de radicalidad democrática, es necesario un cambio de régimen que reconozca y asegure a las mujeres sus derechos, y esto tiene que ver con limpiar (hacer desaparecer) el poder de la iglesia sobre el estado y la familia, sobre el necesario cambio de la judicatura post franquista, despedir la monarquía y realizar formación obligatoria en transversalidad de género para todos los estamentos de la administración. Todos, todos, todos.
Por último, la modificación del código penal no está al alcance de los ayuntamientos, pero incluso en esto pueden hacer de lobby de las propuestas necesarias para sacudir la justicia claramente imbuida de las esencias patriarcales.
Y hasta que sea necesario continuar defendiendo: “Y la culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía ….”
Hay un camino que se puede hacer de manera paralela y conjunta tejiendo alianzas entre entidades sociales, movimiento feminista y ayuntamientos. Sin permitir ni un paso atrás.Àngels Tomás es consellera por Barcelona en Comú en el distrito de Gracia (Barcelona)