El próximo día 26 de mayo, en cinco minutos, habremos introducido los distintos sobres en las diferentes urnas, que serán tres, si además de europeas y municipales se votan autonómicas.
Muchos de los acontecimientos de los siguientes años dependerán de esos cinco minutos. Por supuesto, no serán todos, pero resulta innegable que la vida pasará también por los votos y la tendencia que marquen, y que será la dominante en la política institucional en el próximo periodo.
Ayer los dirigentes del procés encarcelados tomaron posesión de sus actas y luego, regresaron a prisión. Volverán para la constitución de las cámaras y tras la sesión, retornarán de nuevo a la cárcel. Tienen el respaldo de centenares de miles de personas, pero el PP y C’s ya amenazan con su inhabilitación.
Hace tres días, un grupo de inmigrantes y refugiados arribaron medio muertos al islote de Perejil. El gobierno de Sánchez se las ha ingeniado para que las autoridades marroquíes los lleven de vuelta a su lado del estrecho, y evitar así cumplir con la legalidad internacional.
Cada día se producen más de 150 desahucios en el reino sin que las soluciones habitacionales lleguen; la pobreza no baja del 20,5% mientras todo continúa siendo pobre en lo social, desde las colas en sanidad a la falta de recursos en educación o dependencia. La precariedad domina cada vez más un mayor número de vidas. A la vez, los ricos y sus partidos hacen campaña, sin descanso, contra las tímidas subidas de impuestos que se anuncian y se quejan de la falta de reconocimiento de unas donaciones nacidas de la elusión y de una baja presión fiscal que dispara la desigualdad.
En el reino se vierten 126 toneladas diarias de plástico al mar y en los supermercados se envuelve todo en él con la misma naturalidad que cobran las bolsas en caja. La luz continuará subiendo y el trabajo, escaseando.
Y muchos, ante esa realidad, dudan con razón de votar y usar la papeleta. Pero no ejercer ese derecho, no intentar sumar un grano de arena en cinco minutos no mejorará ninguna de esas cuestiones que hablan de explotación, de opresión, de falta de derechos y de la necesidad de cambios profundos que no se ven todavía, pero que se preparan. Se preparan más por la fuerza de las cosas que por los planes previamente trazados, de la misma forma que la papeleta trabaja por la voluntad que expresa más que por los guiones preestablecidos.
Nos jugamos que Europa no represente la cárcel de los pueblos, el feudo de banqueros y grandes monopolios, de xenófobos y racistas; nos jugamos sumar fuerzas a la libertad de la lucha por el derecho a poder decidirlo todo. Por ello, nuestra propuesta es apoyar las candidaturas de Unidas Podemos y Ahora Repúblicas.
Nos jugamos que las Comunidades constituyan un espacio de defensa de lo público, de la salud, la educación, la lucha de las mujeres por la igualdad, de defensa de los derechos de las personas dependientes. Por eso, la elección es respaldar a Unidas Podemos y a sus confluencias.
Por su parte, en los municipios, la apuesta debe situarse en reforzar los ayuntamientos del cambio, que hunden sus raíces en el 15M que creció mirándose en la PAH y en las asociaciones de vecinos. El que se opone a la regla de gasto que impuso Montoro. El que cree que las ciudades son espacios fundamentales para la vida en el siglo XXI.
Se trata de usar cinco minutos para votar por el espíritu y la letra republicana, por la igualdad, el municipalismo y por una Europa de pueblos libres, abierta y fraterna con ella misma y con el mundo.