Palestina: Juani, te queremos libre

Me quedé helada, tuve que hacérmelo repetir. La noticia me llegó por teléfono desde Londres. “Han detenido a la Juani”. No, no puede ser. Sí, me lo han dicho desde la HWC, es incomprensible, pero es cierto, me contesto la compañera que me alertaba. En un momento se me apareció en la cabeza mis estancias con ella en Palestina. Rememoré en un instante los dos años que por Navidad viajé a Betlem y por toda Cisjordania, con la Plataforma de Mujeres artistas, eran unas giras por la Paz en Oriente Medio y la liberación de todas las presas políticas.

Un poco más tarde inicié la cooperación centrada en la causa de las mujeres palestinas, a través de las casas de acogida de las mujeres que sufren violencia de género, concretamente en Nablus. Desde estos proyectos solidarios, con un compromiso vital con la causa de la libertad palestina y de los derechos de sus mujeres, fueron precisamente responsables comprometidos del Ayuntamiento de Barcelona que nos presentaron a Juana Ruiz Sánchez. Resultó un flechazo solidario, empezamos a trabajar con Juani en programas para la salud sexual y reproductiva de las mujeres en Cisjordania. Eran 16 magnificas clínicas, algunas itinerantes. Un pequeño sueño en nuestro cielo terrenal, un infierno cotidiano sobre el terreno árido de la querida Palestina.

Juana Ruiz Sánchez, ciudadana española de 62 años, lleva más de treinta residiendo en Palestina con su marido Elías Rishmawi, en concreto en Beit Sahur, localidad situada en la Zona A de administración exclusiva de la Autoridad Palestina. El pasado 13 de abril, 20 soldados israelíes allanaron su casa a las 5:45 de la mañana y, tras registrarla, destrozarla e incautarse de documentos y equipos electrónicos la trasladaron esposada y sin comunicarle de qué se la acusaba a un cuartel militar en Hebrón y más tarde a la prisión de hombres de Hasharon. Aún no doy crédito a este despropósito. Cada día tengo varios intercambios telefónicos y por redes para saber del agravio y la salud de Juani.

Encerrada primero en una celda con otras dos presas comunes palestinas, en los últimos días está sola confinada y sin poder salir al patio, al tratarse de una prisión de hombres. Las autoridades militares israelíes no le han permitido cambiarse de ropa hasta el pasado 29 de abril, cuando según su abogado, el Consulado español en Jerusalén pudo entregarle una muda y sus gafas.

En violación de la Convención de Viena de Relaciones Consulares, las autoridades israelíes no informaron al Consulado de España en Jerusalén. Fue la familia la que advirtió de la detención. Pero las autoridades militares israelíes negaron el acceso del personal consular a la ciudadana española hasta el 21 de abril, alegando que tenía permiso de residencia palestino. Su abogado tampoco pudo verla hasta el 20 de abril y posteriormente solo ha podido hablar con él telefónicamente una vez.

Desde su detención ha tenido cinco vistas ante un juez militar. Pero ha sido interrogada esposada tres días durante 12 horas seguidas, como si fuera una delincuente, como si no se dedicara a la salud y cuidado contribuyendo al buen fin de las clínicas. Juani no habla hebreo y no muy bien el árabe. En la poca información recogida por su abogado, los largos interrogatorios son una pesadilla de gritos e insultos incomprensibles. Solo en uno de ellos ha habido una traductora de español, que tampoco dominaba el idioma. Los interrogatorios acaban poniéndole por delante unos documentos en hebreo y árabe, que no es capaz de leer, para que los firme.

Juani solo recibe dos comidas diarias y mientras duran los interrogatorios solo agua. Desde el 13 de abril, el fiscal militar no ha presentado cargos. Está prevista una audiencia ante el juez militar hoy 2 de mayo. El abogado defensor cree que las autoridades militares israelíes están intentando montar un caso para acusarla de supuesto desvíos de fondos de la organización en la que trabaja, la Health Work Committees (HWC), al Frente Popular para la Liberación de Palestina. El FPLP es una de las organizaciones de izquierdas de la OLP que funciona abiertamente en la zona A de la Autoridad Palestina y que iba a participar con lista propia en las recién suspendidas elecciones legislativas palestinas; pero que las autoridades israelíes tienen en su lista de organizaciones terroristas.

Juani está enferma. Me preocupo por su medicación, como me angustia su estado de ánimo, me reconforta cuando me explican que está fuerte, estoy segura, la veo. Nunca ha ejercido funciones directivas en la HWC, ni tiene antecedentes. Su principal trabajo es el de mantener las relaciones de solidaridad con las muchas organizaciones, ayuntamientos y comunidades autónomas que mantienen programas de cooperación con la HWC, una de las redes sanitarias más eficaces y más transparentes que operan en los territorios ocupados palestinos. Todos los años Juani viaja al Reino de España para visitar a sus familiares y encontrarse con quienes apoyamos el ejemplar trabajo sanitario de la HWC y es una persona no solo respetada, sino también muy querida.  En Barcelona su visita es siempre esperada con ilusión. Aquí nos hemos conocido, nos hemos hecho amigas, incluso con su familia cuando la acompañaba.

Resulta difícil escribir estas líneas de la manera más fría y distanciada posible. Es evidente que Juani está siendo torturada psicológicamente, privada de sueño y acosada por los tribunales militares de ocupación israelí con el objetivo de quebrarla y que se auto inculpe. Y el Estado de Israel se dice democrático. Si son capaces de hacer esto con una ciudadana española, ante las protestas del Consulado español de Jerusalén ¿de qué no serán capaces de hacer con los palestinos, empezando por los trabajadores del departamento de contabilidad de la HWC también detenidos?

Esta es la triste realidad de la ocupación israelí de los territorios palestinos, de la práctica del apartheid, de la violación sistemática de los convenios de Derechos Humanos y Humanitarios, de la prohibición de la celebración de elecciones palestinas en Jerusalén Este, de la violación unilateral sistemática de los Acuerdos de Oslo. Y para una española solidaria de 62 años como Juani todo eso, que escrito puede resultar abstracto y vago, se concreta en la pesadilla de aislamiento, detención, maltratos e interrogatorios que comenzó el 13 de abril.

Hasta tal punto es evidente la injusticia que sufre Juani, que las autoridades españolas la han defendido públicamente y han expresado sus protestas ante las autoridades israelíes. Que en muy pocos días se ha organizado una campaña de solidaridad que va creciendo en fuerza a medida que todos los que conocen a Juani saben de su situación. La pandemia y sus condicionantes de salud en la movilidad, no han impedido la realización de concentraciones en distintas ciudades. Un Manifiesto recorre las redes para denunciar este atropello y exigir la libertad de Juani.

Las autoridades militares israelíes quieren hacer de Juani un chivo expiatorio para amedrentar la solidaridad y las campañas de apoyo sanitario a Palestina, donde la propia distribución de las vacunas se ha convertido en una muestra más del apartheid. La campaña por la completa liberación de Juani Ruiz Sánchez tiene que convertirse en la cuestión central de las relaciones diplomáticas de España con Israel. Si una ciudadana española puede ser tratada así, ¿cómo se puede mantener unas relaciones diplomáticas con unos torturadores psicológicos y maltratadores en violación flagrante del derecho internacional?

Juani sabe, gracias a su abogado y las autoridades consulares, que hay una campaña de solidaridad en marcha. Y con emoción ha hecho saber su agradecimiento. Si las autoridades militares israelíes creen que este ultraje va a quedar sin una respuesta solidaria y masiva, se equivocan. Cada día de detención arbitraria y de interrogatorio-tortura es un acicate para la solidaridad. Detrás de Juani estamos todas y todos.

Necesito terminar como en la lectura del Manifiesto de la concentración de la Plaza Sant Jaume de Barcelona. Juani t’estimem! Juani t’esperem a Barcelona! Juani llarga vida al poble palestí! Juani visca la lluita del poble palestí! (¡Juani te queremos! ¡Juani te esperamos en Barcelona! ¡Juani larga vida al Pueblo Palestino! ¡Juani viva la lucha del Pueblo Palestino!).

https://www.freedomforjuana.com/

Montserrat Vila Planas presidenta de la Plataforma unitària contra les violències de gènere de Catalunya.