Se calienta

Aumenta la temperatura del planeta sin que nadie le ponga remedio. ACNUR asegura que el cambio climático ha provocado ya el desplazamiento forzoso de 25 millones de personas de sus lugares de origen y residencia. La contaminación y sus efectos cuestan la vida, según la Organización Mundial de la Salud, a 7 millones de personas cada año. Se espera que las emisiones mundiales de dióxido de carbono crezcan 1.500 de toneladas este año y que en 2030, las emisiones globales hayan aumentado un 16% con respecto a 2010.

En Glasgow (Escocia) se celebra estos días la 26 cumbre del clima (COP 26). Habrá muchas palabras, pero las soluciones son harina de otro costal. La humanidad dispone del conocimiento científico, los medios técnicos y los recursos para lograr detener esta escalada autodestructiva, sin embargo, a pesar de ello, la depredación inmisericorde del planeta continúa imparable. La razón principal de esa falta de soluciones se halla en el sistema capitalista, su necesidad vital de transformarlo absolutamente todo en mercancía. El planeta entero, con lo que contiene y le rodea (el aire, la tierra, el subsuelo, los animales, las plantas, los seres humanos, el espacio, la ciencia, etc.) están sometidos a la tiranía de los grandes propietarios de los medios de producción y a su urgencia por transfigurar el mundo en beneficio, en capital acumulado. Se trata de algunos cientos de miles de personas que, emboscados tras sus empresas, compiten entre sí, mientras al hacerlo no pueden evitar aumentar todo tipo de opresión, desigualdad y división en una ciega carrera que nos está devorando.

Poner freno a los propietarios del capital, someter a la industria petrolera, la del automóvil, la agricultura y ganadería industriales y, como no, a la banca a los intereses de la mayoría de la población representa el camino más recto para recuperar la dignidad y los derechos de las personas, así como la vida en el planeta. Veremos en qué queda la cumbre escocesa.

Calores y preocupación entran al ver también el debate sobre la reforma laboral y su derogación que se está llevando a término en el seno del gobierno de coalición progresista. Ya parece claro que lo que está en juego es saber si la patronal logrará, a través de la parte del PSOE en el gobierno, imponer su veto minoritario sobre la voluntad del voto popular expresada en la correlación parlamentaria tras las últimas elecciones. De lo que no cabe duda es de que sin movilización ni la reforma laboral, ni la ley mordaza caerán. Tampoco subirán lo que llevan perdido los salarios (5,5%).

El 4 de noviembre habrá concentraciones a las 12h. en varias ciudades del reino a favor de un fondo de compensación para las víctimas del amianto. Las convocan, entre otros, ASVIAMIE, ADAVAN y otras Asociaciones de víctimas, incluidos, los Comités de Empresa del Metro de Madrid, Barcelona o CAF.  Se trata de pasos importantes, como los son las movilizaciones del tejido asociativo en Glasgow y en otras diversas ciudades del mundo.

Calentar las calles constituye la mejor manera de enfriar el planeta y echar un jarro de agua fría a las pretensiones de la patronal ante la reforma laboral y los convenios.