El Reino de España y su corte de los milagros

“Pa la saca” escribió Alberto Luceño en el asunto del cuerpo del correo a su entonces socio Luis Medina cuando llegaron a sus cuentas los 6 millones de comisión tras su sablazo-estafa por la intermediación entre la empresa malaya Leno y el ayuntamiento de Madrid. Poco importó que el material sanitario facturado no se correspondiera con lo prometido, que los guantes tuvieran que ser devueltos, que los test fueran, en su mayoría, inservibles y que solo se salvaran del lote, las mascarillas. Nada de todo ello arredró al equipo de gobierno consistorial (PP- C’s), ni al alcalde José Luis Martínez Almeida. Pagaron (sin rechistar ni presentar denuncia alguna) la friolera de 11 millones de euros de dinero público por un material defectuoso y a un precio abusivo.

Visto que nada, a los ojos municipales, se hizo mal, solo cabe una explicación sobrenatural para el fenómeno: que fuera un milagro. Eso sí, propio de Valle-Inclán o del barrio parisino del que el escritor tomó el nombre. 

Como casi siempre, la explicación material del hecho es mucho más prosaica. Una agenda con los nombres apropiados y la pátina que le da a Medina ser miembro de una de las familias con más títulos nobiliarios del reino explican el por qué uno se puede, en un chasquido, hacer millonario en el Madrid de 2022. Esta secuencia de los hechos la hemos vivido ya, una y otra vez. Es un patrón de comportamiento que recibió un importante impulso los 422 días (del 13 de marzo de 2020 al 9 de mayo de 2021) en los que las administraciones pudieron “contratar por urgencia” todo lo relacionado con las necesidades provocadas por la Covid-19. Estamos hablando de un volumen de contratos de dos mil millones de euros de dinero público, de los que la mitad fueron administrados por las comunidades autónomas. 

Un repaso a la prensa

En esas fechas, la Comunidad de Madrid decidió “ir por su cuenta” y rechazar toda posibilidad de mancomunar o centralizar las compras con el Estado y otras Administraciones. El resultado de esa guerra por traer suministros antes que el gobierno estatal no solo la perdió Madrid, sino que además la prensa se llena hoy de titulares por la forma “milagrera” que muchas de las operaciones revisten.

Las fiscalías europea y española investigan el contrato de Priviet Sportive por valor de 1,5 millones de euros a cambio de 250 mil mascarillas FFP2. Las mascarillas que finalmente llegaron fueron de una calidad muy inferior, modelo KN95, pero se abonaron igual.  Todo indica que Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular, se embolsó 286 mil euros de comisión por esta venta. El procedimiento que le dio acceso al contrato vuelve de nuevo a la necesidad imperiosa de poseer una agenda con los contactos apropiados y las conexiones adecuadas en la Administración. En este caso, la persona encargada de gestionar en la Comunidad de Madrid las propuestas de compra de material sanitario era Manuel de la Puente, conocido de Tomás Díaz Ayuso ya que años atrás habían hecho negocios juntos. Por si fuera poco, la mano derecha de De la Puente era una ex comercial de la empresa de la familia Díaz Ayuso, Teresa Requejo.  Todo apunta a que Priviet Sportive, que no se dedicó nunca antes al suministro de material sanitario, fue usada como tapadera para otorgarle apariencia legal al contrato. Priviet Sportive cobró el triple, por la misma mercancía, de lo que recibieron otros proveedores de la Comunidad de Madrid. Priviet Sportive es para más señas, propiedad de Daniel Alcazar, amigo de la infancia de la familia Ayuso.

Por su parte, La empresa Vin Doré 24K, propiedad de Diego Suárez y destinada a la venta de vinos con polvo de oro en su interior, amplió su objeto social tras conseguir (sin publicidad) y en tiempo récord (6 días) tres contratos de suministro de material sanitario con el gobierno de Isabel Díaz Ayuso por valor de 7.744.000 euros. Diego Suárez es otro empresario bendecido con el “milagro madrileño”, ya que, gracias a sus relaciones con la Administración, pasó de facturar 80 mil euros a 26 millones. En su caso, al dinero de las mascarillas hubo que sumarle los contratos que logró para limpiar las calles de los efectos de la tormenta de nieve Filomena en los municipios de Las Rozas y Majadahonda.  Como puede verse, el oro no estaba en el interior de las botellas de vino que vendía, sino en sus asuntos con la Administración.

Unos 38,7 millones de euros en compras de material sanitario, sustentadas en 11 facturas proforma, fueron a parar a Sigma Dental Plan Corp. empresa radicada en el paraíso fiscal de Panamá y propiedad del empresario y opositor venezolano Roger Swidorowicz. De nuevo, los contratos fueron firmados por Manuel de la Puente y se realizaron sin publicidad alguna.

Se puede continuar el relato con el más de un millón de euros que la Comunidad de Madrid destinó a compensar a 15 residencias de ancianos en contra de la opinión de sus propios servicios jurídicos. Una red de residencias en la que fallecieron 8 mil personas en Madrid, la mayor mortandad de Europa en este tipo de centros.

España dentro de España

El día 8 de abril conocimos que la Audiencia Nacional condenaba por ¡tercera vez! al PP por lucrarse con la trama Gürtel. Con esta sentencia quedó demostrada, una vez más, la financiación ilegal a dicho partido y el pago de por ese concepto de 204.198,64 euros. A la par, la sentencia ordenó penas de cárcel de 36 años y 11 meses para el exalcalde de Boadilla, Arturo González Panero y de 13,5 años para Francisco Correa y Pablo Crespo. Con este fallo judicial, el PP ya suma 81 el número total de sus cargos condenados a penas de prisión por delitos de corrupción.

Que la sentencia mencionada se refiera a hechos anteriores reafirma que el proceder que ahora saltó a los titulares no es más que un nuevo exponente del “modelo Madrid”. Un feudo casi indiscutido de gobiernos del PP durante el último cuarto de siglo y el lugar que reúne la quinta esencia del sistema que rige en este tipo de casos. A saber: supuesta “emprendeduría”, gente rica y guapa, con agenda, conexiones con el poder político y acceso al presupuesto público. Como señaló Isabel Díaz Ayuso, “Madrid es una España dentro de España” y tales casos muestran el por qué y el significado de esa frase. Solo en Madrid, como recogía el IvieLAB  valenciano (2020) en su informe, se concentran hasta un grado tan extremo las condiciones indispensables para el milagro valleinclanesco. En Madrid radican la mayor parte de las empresas que tienen más de mil trabajadores, comenzando por buena parte de las del Ibex 35 y el mayor número de grandes fortunas. Respecto al presupuesto público, el 72% de su contratación se ejecuta con empresas con sede en Madrid. Además, el mayor volumen, con diferencia, de inversión extranjera pasa por la capital y el mayor porcentaje de presupuesto público, sumados el estatal, autonómico y municipal, se decide en Madrid.

El Emérito

Nada parece poderle poner freno a los escándalos protagonizados por los “pillos” que diría Alberto Núñez Feijóo, actual presidente del PP, en su saqueo del presupuesto público. Ni jueces, ni fiscales, ni policías, ni leyes.

Crea frustración saber que, por ejemplo, en los casos de Tomás Díaz Ayuso como en el de Luceño y Medina no es su obsceno enriquecimiento ni gasto lo que los ha llevado ante el fiscal. Las leyes no ponen un límite al dinero que puede ganare por una comisión, ni siquiera en el sector público. Si finalmente los investigados de hoy son condenados mañana, lo serán por delitos como: blanqueo de capitales, tráfico de influencias o malversación de fondos públicos. No se trata cosas leves, pero los redactados legales de los tipos delictivos, la interpretación judicial de las pruebas y el largo etc. que siempre acompaña estos temas hacen que, salvo rarísimas excepciones, la impunidad reine y, en ese reino, Juan Carlos I, el emérito en Abu Dabi, constituye el supremo monarca. Tal y como nos recuerda Público, en su serie sobre “El verdadero origen de la fortuna del rey emérito”, nadie como él y la institución que representa su figura, la monarquía, ensambla en su propia naturaleza y funcionamiento los ingredientes del “milagro”: gente guapa, empresa, agenda, acceso al presupuesto público e influencia.

El fin de las causas contra Juan Carlos I en España, la incapacidad de la fiscalía para articular una denuncia contra su reconocido enriquecimiento ilícito, fraude fiscal o tráfico de influencias representa, en realidad, un “indulto” al conjunto de la oligarquía y a su manera de practicar el negocio. Todas las empresas del Ibex y sus jefes se encuentran metidos de cuerpo entero en los chanchullos que han propiciado importantes contratos públicos, importaciones de materias primas o venta de armas. Solo hay que bucear en la prensa. Esa “forma de hacer negocios” constituye la biblia que siguen el hermano de Ayuso, Luceño, Medina y tantos y tantos otros como los jefes de la Gürtel.

Higiene republicana

El indulto a las formas parásitas de proceder, basadas en el trato de favor, el asalto al presupuesto público y el riesgo cero que conllevan demuestra la incapacidad, por reiteración y dimisión, del régimen del 78 de resolver el enorme problema de higiene y salud democrática que representa la existencia de la corte los milagros española.

El proceder del sistema ante Juan Carlos I reconoce implícitamente que hay algo superior, intocable para la representación y el poder popular, algo que tiene derecho a funcionar con normas ajenas a las de la democracia y que no tiene que no someterse a ella. Ese algo, a la par que carga las arcas públicas de parásitos que las vacían, constriñe sobremanera la propia democracia reduciendo los derechos de la mayoría.

Por higiene democrática, desmontar la milagrería que permite la existencia de estos ricos que solo aportan peso muerto, requiere terminar con los privilegios que los amparan, ensanchar la democracia.

Lograr que toda la ciudadanía tenga verdadera igualdad ante la ley es una necesidad obligada que nos empuja a saltar la pantalla del régimen del 78 y nos conduce a aumentar el número de las repúblicas en la península Ibérica. A estas alturas ya está claro que ninguna otra reforma pondrá poner coto ni a los milagros, ni a su corte.

Carlos Girbau Es concejal de Ahora Ciempozuelos y amigo de Sin Permiso.